
[ ARXE ]
ARXE fue primero una forma de pensar con las manos. Hoy es una marca de ropa, basada en Buenos Aires, Argentina. Que sirve como archivo vivo, crece de manera orgánica, siguiendo su propio pulso, sin fórmulas ni estructuras fijas. Se sostiene en la observación, la materialidad y el cuerpo como territorio cambiante. Diseñando para acompañar el desgaste con prendas que se transforman con el uso. Un lenguaje propio, universo en constante destrucción y construcción.
Crecí en un pueblo donde la humedad marca las paredes y la materia se desgasta lentamente. Aprendí a mirar desde ahí: desde lo que se quiebra, lo que se transforma y lo que nace en las grietas. Las prendas son registro. Está el desgaste, la insistencia, la memoria que deja huella. Desde siempre me interesó lo más invisible y compartido, que el tiempo altera todo y nos deja contradicción, contraste, deseo y crudeza.
Cuando llegué a la ciudad a estudiar diseño en la UBA, esa forma de observar se volvió herramienta. Empecé a trasladar esa mirada al textil, trabajando desde lo intuitivo, dejando que el proceso me guíe: construir, romper, unir, quemar, tensar, arrugar, recomponer. Lo textural y lo sensorial.
ARXE es mi herramienta de indagación. Un homenaje a la impermanencia.
ARXE fue primero una forma de pensar con las manos. Hoy es una marca de ropa, basada en Buenos Aires, Argentina. Que sirve como archivo vivo, crece de manera orgánica, siguiendo su propio pulso, sin fórmulas ni estructuras fijas. Se sostiene en la observación, la materialidad y el cuerpo como territorio cambiante. Diseñando para acompañar el desgaste con prendas que se transforman con el uso. Un lenguaje propio, universo en constante destrucción y construcción.
Crecí en un pueblo donde la humedad marca las paredes y la materia se desgasta lentamente. Aprendí a mirar desde ahí: desde lo que se quiebra, lo que se transforma y lo que nace en las grietas. Las prendas son registro. Está el desgaste, la insistencia, la memoria que deja huella. Desde siempre me interesó lo más invisible y compartido, que el tiempo altera todo y nos deja contradicción, contraste, deseo y crudeza.
Cuando llegué a la ciudad a estudiar diseño en la UBA, esa forma de observar se volvió herramienta. Empecé a trasladar esa mirada al textil, trabajando desde lo intuitivo, dejando que el proceso me guíe: construir, romper, unir, quemar, tensar, arrugar, recomponer. Lo textural y lo sensorial.
ARXE es mi herramienta de indagación. Un homenaje a la impermanencia.

